a veces ...

algunas veces me detengo a escribir, como en este caso, a manera de espejo, tratando de reconocer esas fronteras que deben de existir en el camino creativo, donde se encuentran las fuerzas del ego, latentes, encapsuladas y con esa pulsión tan fuerte por salir a la superficie, reclamando justicia y reconocimiento a diestra y siniestra, y que me llevan por caminos entre la resignación y la comprensión, entre la frustración y el desconcierto y, en el mejor de los casos, terminan adjudicándome a manera del cuento del zorro y las uvas verdes, esa pseudo sabiduría que me reconforta y me eleva, colocándome en un espacio que me otorga la paz necesaria, como para seguir buscándole sentido a la vida …

 

a propósito de ello, en el mes de julio del 2019, escribí lo que presento a continuación, y se titula:

 

 

 

a veces… 

(un simple ejercicio de humildad)

 

a veces,… dejamos en manos de la esperanza en la maduración de procesos que no llegamos a entender cómo evolucionan, para justificar aquellas circunstancias en las que nos vemos involucrados, y para no cerrar de manera tajante, una situación que debería tener una sola manera de ser interpretada.

 

 

a veces…, al dejar espacio para la esperanza, tratando de creernos que los procesos en los que estamos involucrados tienen como una suerte de maduración que no llegamos a entender,  es justamente donde nacen las adhesiones a los métodos que racionalmente descartamos en el momento en que estamos más fortalecidos, en que nos creemos que manejamos todo con una solvencia tal, que el resultado no es otro que el que nos merecemos,… 

 

a veces,  cuando ya ni sabemos cómo interpretar silencios,… de qué manera establecer estrategias para ser escuchados, resulta un acto de valentía reconocerse transparente, sin querer llegar al punto de fatalista… sin querer llegar a tirar la toalla, porque el mirarse a sí mismo desde otra perspectiva, incluye la pulsión de vida con la connotación que significa el seguir intentando una y otra vez hacer renacer el Ave Fénix que llevamos dentro…

 

a veces, la rabia por esa contradicción establecida entre querer ceder espacio para la oportunidad que nunca llega y el reconocimiento de las fronteras entre la paciencia y la dignidad, se torna absolutamente irreconocible cuando se nos muestra la tensión de los hilos que manejan las manos que nos dirigen…

 

 

finalmente, … a veces, la cobardía de uno se termina vistiendo de gala, con ese rictus de tristeza sonriente que establece un pacto secreto con esos silencios, con esa rabia, con esa indiferencia, con esos hilos

que, en definitiva, nos quieren hacer saber que no somos, ni seremos,  merecedores de los laureles que pretendemos adjudicarnos…

 

algunas veces, nomás …

 

 

en Miami, a los 31 días del mes de julio del 2019.