Salmon a la Wellington

... y de repente sale la idea, nomas, de ese embrollo, de esa mezcolanza de pensamientos que parecen disociados de la realidad, que se entretejen y se reparten la supremacia de la exclusividad, en esa egoísta forma de querer la parcialidad de la chacrita que le corresponde,... cayendo en la cuenta que el resultado valido, el verdaderamente legitimo, esta dado por el aporte  de todos y cada uno de ellos; que forman uno solo: claro y contundente a la hora de salir a la luz: eureka!!!!!!

 

El tema del Lomo a la Wellington en la confección culinaria, es un clásico ineludible por el atractivo que provoca su armado; ni que hablar por su sabor a la hora de la degustación, y finalmente por su aspecto “gourmet” a la hora de llevarlo a la mesa.

 

En síntesis, para aquellos que no conozcan este plato, se trata de un lomo de res que, salpimentado se sella en aceite bien caliente, para luego untarse con mostaza dijon, (algunos) le ponen fetas de pancetta y (algunos, también) lo cubren con hojas de espinaca, para luego envolverlo en una masa de hojaldre y hornearlo a fuego medio. 

 

El tema pasa por dejarlo descansar un buen rato al sacarlo del horno, porque sino al cortarlo sus jugos pueden estropear la corteza del hojaldre, malograndolo.

 

Hace un buen tiempo ensaye el tema, sustituyendo el lomo de res, por cerdo, y sustituyendo la masa de hojaldre por una Masa Buena, mezclada con Kataifi.

 

En esta oportunidad, le toca el turno al pescado.

Elegi unas piezas de salmon, que deje marinando en una mezcla de vino blanco, miel, sake, un poco de salsa de soja (baja en sodio) y miso paste (una pasta de granos, que se vende en los supermercados chinos, en general)

Retire las piezas de la marinada (que reserve para la salsa final) y dore las mismas a fuego fuerte, con un poquito de sal y pimienta blanca.

Extendí lamina a lamina de masa fillo sobre la tabla y fui colocando mantequilla derretida entre ellas, para ensamblarlas, una sobre otra, hasta llegar a 6.

Corte el rectángulo de la masa a la mitad y en cada una de ellas puse un trozo del salmón, que fui envolviendo, hasta cubrir la pieza totalmente.

Pinte con huevo y hornee por 20’ a 350F.

 

No encuentro mejor sustituto de acompañamiento, que una fresca ensalada, a la hora de servirlo (vere con que elementos cuento para armarla).